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Merzouga: Puerta al Desierto del Sahara

Merzouga: Vive la magia del desierto en las dunas de Erg Chebbi

Merzouga, a las puertas del desierto del Sahara, es uno de los destinos más impresionantes de Marruecos. Este pequeño pueblo es la entrada a las majestuosas dunas de Erg Chebbi, un mar de arena dorada que cambia de color con la luz del día y ofrece una experiencia única para quienes buscan aventura, conexión con la naturaleza y cultura bereber.

Qué hacer en Merzouga

Una de las experiencias más icónicas es el paseo en camello al atardecer, cruzando las dunas en silencio mientras el sol tiñe el horizonte de tonos anaranjados. Estos recorridos suelen llevarte a un campamento en medio del desierto, donde pasarás la noche en una haima tradicional. Bajo un cielo estrellado como pocos en el mundo, disfrutarás de música bereber alrededor del fuego, té a la menta y una tranquilidad absoluta.

Durante el día, puedes subir a las dunas más altas para ver el amanecer o hacer actividades como sandboard, rutas en 4×4 o visitas a pueblos cercanos como Khamlia, conocido por su música tradicional gnaoua.

Consejos para visitar el desierto

  • Mejor momento para ir: La mejor época es en primavera (marzo-mayo) y otoño (septiembre-noviembre), cuando las temperaturas son agradables. Evita el verano (junio-agosto), ya que el calor puede superar los 45 °C.
  • Qué llevar:
    • Ropa ligera pero que cubra el cuerpo (para protegerte del sol y la arena)
    • Una bufanda o pañuelo para el viento y el polvo
    • Protector solar, gafas de sol y sombrero
    • Calzado cómodo cerrado (para caminar sobre arena y rocas)
    • Una chaqueta ligera para las noches, que pueden ser frías incluso en épocas cálidas
    • Agua y snacks, especialmente si vas en excursiones largas
  • Preparación: Asegúrate de reservar con antelación si viajas en temporada alta. Si haces noche en el desierto, elige operadores confiables que garanticen seguridad, higiene y respeto por la cultura local.

Gastronomía local

La cocina en Merzouga es sencilla pero deliciosa, basada en productos frescos y recetas tradicionales:

  • Cuscús: Plato estrella de Marruecos, se sirve con verduras, carne (normalmente cordero o pollo) y especias. Es habitual en comidas familiares y celebraciones.
  • Tajín: Guiso cocinado a fuego lento en un recipiente de barro. Hay muchas versiones: de cordero con ciruelas, de pollo con limón confitado o de verduras.
  • Pan bereber (khobz): Pan redondo, espeso y hecho en hornos de barro o directamente sobre piedras calientes. Se usa como utensilio para comer, acompañado de aceite de oliva o miel.
  • Té a la menta: Bebida fundamental en la hospitalidad marroquí. Lo tomarás en cualquier momento del día, especialmente tras las comidas.